 Vivo sin vivir en mí y de tal manera espero, que muero porque no muero. 1. En mí yo no vivo ya, y sin Dios vivir no puedo; pues sin él y sin mí quedo, este vivir ¿qué será? Mil muertes se me hará, pues mi misma vida espero, muriendo porque no muero. 2. Esta vida que yo vivo es privación de vivir; y así, es continuo morir hasta que viva contigo. Oye, mi Dios, lo que digo: que esta vida no la quiero, que muero porque no muero. 3. Estando ausente de ti ¿qué vida puedo tener, sino muerte padecer la mayor que nunca vi? Lástima tengo de mí, pues de suerte persevero, que muero, porque no muero. 4. El pez que del agua sale aun de alivio no carece, que en la muerte que padece al fin la muerte le vale. ¿Qué muerte habrá que se iguale a mi vivir lastimero, pues si más vivo más muero? 5. Cuando me pienso aliviar de verte en el Sacramento, háceme más sentimiento el no te poder gozar; todo es para más penar por no verte como quiero, y muero porque no muero. 6. Y si me gozo, Señor, con esperanza de verte, en ver que puedo perderte se me dobla mi dolor; viviendo en tanto pavor y esperando como espero, muérome porque no muero. 7. ¡Sácame de aquesta muerte mi Dios, y dame la vida; no me tengas impedida en este lazo tan fuerte; mira que peno por verte, y mi mal es tan entero, que muero porque no muero. 8. Lloraré mi muerte ya y lamentaré mi vida, en tanto que detenida por mis pecados está. ¡Oh mi Dios!, ¿cuándo será cuando yo diga de vero: vivo ya porque no muero?
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Alma, buscarte has en Mí Alma, buscarte has en Mí, y a Mí buscarme has en ti. De tal suerte pudo amor, alma, en mí te retratar, que ningún sabio pintor supiera con tal primor tal imagen estampar. Fuiste por amor criada hermosa, bella, y así en mis entrañas pintada, si te perdieres, mi amada, Alma, buscarte has en Mí. Que yo sé que te hallarás en mi pecho retratada, y tan al vivo sacada, que si te ves te holgarás, viéndote tan bien pintada. Y si acaso no supieres dónde me hallarás a Mí, No andes de aquí para allí, sino, si hallarme quisieres, a Mí buscarme has en ti. Porque tú eres mi aposento, eres mi casa y morada, y así llamo en cualquier tiempo, si hallo en tu pensamiento estar la puerta cerrada. Fuera de ti no hay buscarme, porque para hallarme a Mí, bastará sólo llamarme, que a ti iré sin tardarme y a Mí buscarme has en ti.
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|  |  CANTO DE GRATITUD A LA VIRGEN DEL CARMEN 1 Desde el primer instante de mi vida me tomaste en tus brazos, y desde aquel momento, amada Madre mía, me das tu protección aquí en la tierra. Para guardar intacta mi inocencia, me escondiste en un blando y dulce nido, custodiaste mi infancia a la sombra bendita de un retirado claustro. 2 Y más tarde, al llegar mi juventud a sus primeros días, escuché la llamada de Jesús. Me mostraste el Carmelo con ternura inefable. «Ven a inmolarte por tu Salvador -me decías entonces con dulzura-. Cerca de mí te sentirás dichosa, ven a inmolarte con tu Salvador». ........................................ 3 Cerca de ti, oh tierna Madre mía, he encontrado la paz del corazón; en esta tierra nada más deseo, sólo Jesús es toda mi ventura. Si alguna vez me asaltan la tristeza o el miedo, en mi debilidad tú me sostienes y siempre, Madre mía, me bendices. 4 Otórgame la gracia de mantenerme fiel a mi divino Esposo, Jesús. Para que un día su dulce voz yo escuche, cuando a volar me invite y a sentarme entre sus elegidos. Entonces ya no habrá ni más destierro ni más sufrimiento. Ya en el cielo, yo volveré a cantarte mi amor y gratitud, amable y dulce Reina del Carmelo. 16 de julio de 1894 NOTAS P 5 - CANTO DE GRATITUD A LA VÍRGEN DEL CARMEN Fecha: 16 de julio de 1894. - Compuesta para: sor Marta de Jesús, con motivo de sus veintinueve años. - Publicación: Poésies, 1979. Unos versos sencillos, cuyo interés es más histórico que poético. Destacan la delicadeza de Teresa para con su novicia (huérfana desde los ocho años) y nos ofrecen mas información acerca de la personalidad de ésta última que acerca de la vida mariana de la autora. Notemos, no obstante que ya aquí María aparece como «más Madre que Reina».
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